Joder, joder. pues no me para el tío a las 6 de la mañana...
Y
mira que siempre salgo a esas horas pa no coger clientes, pues ná. Voy
en mi taxi, tranquilito, mi puro, mi música clásica. Iba escuchando al
Amadeo, el Mosart, una maricona, que lo vi yo por la tele con los rizos y
la risa histérica, juntando notas era bueno el chaval, música mística
que le dicen, por lo de las misas, será.
Pues eso, que enfilando la
castellana lo veo parao y pienso problemas seguro, un tío flacucho,
patas de alambre, todo encorbatao con una cartera de pellejo en una mano
y una bolsa del corte ingles en la otra, un sábado a las seis de la
mañana, algo raro tenia que ser. Y tan malo. Pues que levanta la mano, y
yo en mitad del réquiem tengo que parar que pa eso trabajo en un
servicio publico. Y el tío callao y que no entra y bajando la ventanilla
le grito: "Que sube, o no sube" y al mirarlo me doy cuenta que es un
crío, que tendrá, veinticuatro?, veinticinco? Un chaval, es que con el
traje y la cartera engañan mucho.
Y el tío me pide que le lleve ¡¡¡¡A
Toledo!!!!, manda huevos, con las pocas ganas que tengo yo de currar y
ahora me he de hacer una carrerita hasta Toledo. En fin, todo sea por la
parienta y los chavales, que si no fuera por ellos haría tiempo que me
habría ido pal pueblo, a sembrar los cuatro palmos de tierra que
quedaron de mi padre y que le den pol culo a esta ciudad...
Y luego dicen que la gente no habla. Si lo
sabré yo todo el día en el taxi, la gente no habla porque no tiene
quien le escuche, pero en que pueden te explican vida y milagros. Ya
saliendo de Madrid empiezan los carraspeos, y las frases de rigor "Que
día más fresco", "Que poco tráfico a estas horas" y yo calllao, a mi
rollo, lo "místico", pero al final la educación te puede y vas soltando
un "si" un "no" y que "dura la vida del taxi"... Y en que ven una caminillo
de cabeza.
Este es de Madrid, de toda la vida (y digo yo que con eso
de la globalización, que cojones importará de donde seas) y su madre
de Sevilla, también de toda la vida. Muy religiosos ellos, nueve hijos,
que se dice pronto, y tos a misa en procesión, llenando dos bancos,
que jolgorio, que alegría. Pues na, que el padre le ha echao de casa y
yo lo veo venir, por una chavalina fijo. Que a él no le importa casarse,
pero ella no quiere (¡¡¡y lo dice triste el tío!!!). La chica debe ser
inteligente, a aprobao lo de los médicos y tenía plaza en el Ramón y
Cajal, pero le hace ilusión irse a un sitio pequeño (yo creo que es el
miedo que le da la andaluza lo que la lleva a buscar una ciudad más
que pequeña alejada del hogar del mozo) y se ha comprao piso allá. "Y yo
que voy a hacer?" se queja el chavalin "que me voy con ella", y el
padre lo ha echao.
Si es que hay padres que son la leche,
pues no han sido jóvenes también, anda que no hubiera pagao yo por una
tía que pa llevármela al catre no me pidiera el certificao y me pusiera
facilidades "¡Un chollo es lo que tienes hombre!" (es que al final entro
en harina, y hasta apago al Mosart pa que el chaval me oiga bien que su
padre lo ha malaconsejao) "Tu aprovechas hombre, que no quiere casarse? A
bodas me convidas, tu callao, machote que en que firmas has pringao". Y
el otro..."Pero es que mi familia, pero es que mi madre...." Joder con la andaluza un sargento con mantilla ha de ser, el padre ha tenido que
echar al chaval pa no tener lío con ella fijo; no me extraña que la moza
huya, y aprovechando el viaje se lleve con ella al chaval, que con esa
madre no tenían futuro. Lo que me extraña es la manía de ella de no
casarse, si es que yo hace mucho que deje de salir a pescar y los
tiempos han cambiao.
Ya llegamos a Toledo, la moza lo espera en casa,
y al chaval se le escapa una sonrisa, yo creo que el pijama que lleva
en la bolsa no lo va a necesitar, pero no es eso. Al pagarme la carrera
vuelve a sonreír. "Sabe lo que pasa Eladio, es que yo a esa mujer, la
quiero". Y ahora si parece un hombre, un hombre enamorao... "Has
pringao" pienso yo, "peor que casao" pero no se lo digo
Y yo enfilo pa Madrid, y me voy a ver a mi
Candela, y voy contento oyendo al Mosart, que me han hecho recordar
como era con veinte años. Ella si que me hizo pasar por el altar, vaya
sino, de qué, cuanto han cambiao los tiempos; pero yo por mi Candela
también me hubiera puesto a mi madre por montera.
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