Así estoy yo...Majara perdida

sábado, 20 de abril de 2013

La gorda que vive en mi






Hace ya más de un año tras una vivita al médico y un diagnóstico múltiple de varias cosas empece a adelgazar. Mucho. Muchísimo.
Todavía hoy me quedo patidifusa con los comentarios de la gente. No porque la gente sea metiche, que lo son, o groseros, que mucha veces también lo son; es que no los entiendo porque yo...yo no me veo delgada. Me preguntan que hice con mi otra mitad y tardo unos segundos (que a mi se me hacen eternos) en comprender que están hablando de mi aspecto.
El verano pasado todos mis compañeras me comentaban a la vez lo del peso (a ellas si las entiendo porque son muy directas :-) ) y lo del cambio de look. En realidad aunque ellas no lo saben es que yo no vestía de mi misma. Yo vestía de E.
E. es la propietaria de una tienda de ropa junto a la oficina que me hizo un favor enorme. Yo pase en un plis-plas del estilo de tiendas para grandes mujeres (que daría para un libro lo que cuesta en pasta y esfuerzo vestirse en ellas) a llorar cada vez que me tenía que adentrar en el mundo desconocido y responder a la simple pregunta: qué talla usas?. No llegué a llorar pero ganas no me faltaban porque es que hubo un momento en el proceso que no tenía ni idea de qué pedir. Cada prenda que sacaba del armario me quedaba enorme, la ropa interior me bailaba, las mallas me hacían bolsas, las sandalias se me salían y, como buena gorda, todo lo compraba grande y suelto. A los dos días me colgaba como sí me lo hubiera dado el ejército de salvación  y tenía que empezar de nuevo. E. me adoptó. Me la "presentó" mi compañera de trabajo y me vendió una camiseta negra que yo miré con cara de "ahí no me cabe ni un brazo" pero que me sentaba bien. Después fue una falda con elástico arriba que acompañó con una camisa y un cinturón a la cadera (yo flipaba: "cinturón yo? A la cadera?, esta tia que se ha fumao?). Me regaló un estilo completo. Me vestía de los pies a la cabeza y yo me veía tan bien en sus espejos....
Y después de la mano de mi compañera entre de lleno en las tiendas normales. La primera fue benneton, donde sólo entre a acompañarla y se empeñó en que me probara un pantalón. Me alargó una talla más que la suya y me ordenó: pruebatela. Sólo entonces me di cuenta que en cualquier tienda en la que entrara podía comprarme ropa.
Ha sido una locura desde entonces. Ahora ya tengo mi propio estilo. No sólo eso. Se me da bien, y me gusta, me divierte. Me he pateado media ciudad para montarme un conjunto porque me regalaron unas botas de color caqui en vez de las verdes que yo había pedido, o porque me compré un pañuelo amarillo que me encantaba pero no me pegaba con nada. Me he comprado unos pantalones piratas para una  excursión sobre la marcha y he comprado automáticamente una camiseta y un fulard porque no me "veía" con lo que llevaba, no estaba cómoda. Sigo comprándome conjuntos completos en la tienda de E.(es la mejor y me obserba nucho porque sabe qué me apetecerá de lo que ha traido nuevo antes de que se lo pida :-) ) pero el campo se ha ampliado muchísimo. A veces me siento mal por todo lo que compro, pero es que he tenido que renovar todo el vestuario cada pocos meses y además, disfruto tanto....


La primera vez que me compre una falda en una tienda de jovencitas fue en compañía de mi hija (habiamos entrado para comprarle ropa a ella, obviamente) y me la puse encima del pantalón porque me dio vergüenza ir al probador... esas tiendas de olores extraños y música estridente son ahora parte de mi ruta.



Ahora entro sola, cojo todo lo que me apetece para combinar, y por supuesto, voy a los probadores; sin embargo.....

Siempre, siempre, siempre que entro a una de esas tiendas "normales" en las que durante años no solo no entraba sino que sabía tan prohibidas que ni miraba desde fuera, la gorda que vive en mi me susurra al oído:
- Pero dónde vamos? Nos va a mirar todo el mundo...que vamos a decir, que es para regalarselo a alguien?
Y yo tengo que hacer un esfuerzo y mirarme de reojo en el vidrio más cercano y aún dudo pero le susurro:
- Ya hemos  estado otras veces, aquí compramos los tejanos claritos, te acuerdas?
- Pero no nos va a servir nada....-lloriquea ella.
Y vuelvo a mirarme ya en un espejo de dentro, y me sorprende lo que veo pero vuelvo a decirle:
- Tranquila. Si que cabemos en su ropa, es más, si algo nos queda pequeño aún tenemos un par de tallas más por encima.
-Pero no tienen tallas grandes....
Una última mirada al espejo y un repaso general a mi alrededor.
- Mira! Mira esa minifalda amarilla!!, es perfecta para el fulard, con la camiseta rosa debajo y los botines.... Nos va a quedar de escándalo....

4 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Si estás tan guapa como cuando yo te vi en mayo del año pasado... Fiu fiiiu!

Cristina dijo...

Porqué será que eso que cuentas podría haberlo escrito yo?

Un beso,

Emilia S dijo...

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besoss!!
Emilia

Anónimo dijo...

Hey, por fin encontré el eslabón que se me había perdido. Me encantó tu cambio, nada mas que no me atrevía a preguntarte nada. Realmente estupenda. Dámaris