Así estoy yo...Majara perdida

sábado, 5 de enero de 2013

Navidad





Cuando tuve a mis hijos sentí realmente como mi cerebro perdía información.
Durante años y años toda la capacidad de mi disco duro (que no debía ser muy grande) se llenó de datos de importancia mundial como el número de pañales que quedaban en stock; tallas de zapatos, camisetas y pantalones (todo por tres); horarios variados de colegio, curso de natación, yudo, teatro; material imprescindible para todo tipo de actividades como bolígrafos, gorros de piscina, batas, polos del cau, hueveras, papel pinocho, cantimploras y linternas; la lista de la compra y los menús semanales; citas con pediatras y especialistas....así podría seguir un buen rato.

Pero aunque sigo teniendo el cerebro colapsado de información práctica algo debe haber cambiado porque últimamente me encuentro cantando canciones extrañas que creía olvidada y me han inundado todos estos recuerdos que incluían sonido, olor, gusto e incluso tacto:

- Navidad suena a villancicos en la calle con un grupo de de gente que canta y se desgañita. Siento las manos frías que aporrean mi vieja guitarra y me molesta la cincha con la que la sujeto.
- Navidad sabe a almendras con chocolate, el aguinaldo más exquisito que nos dieron un año en casa de un ex-alcalde.
- Navidad es un mantel verde con flores blancas y amarillas y la mala leche de mi hermano (que odiaba estas fiestas con tanta desmesura como yo las adoraba).
- Navidad son mañanas de niebla y calor agobiante en las casas, ponerse capas y capas de ropa sobre la manga corta.
- Navidad son bombachos y camisa negra, gorro de paje, guantes blancos y frío, repartiendo en noches como esta ilusión en todo tipo de casas pasando de la opulencia a la pobreza descubriendo que los ojos de los niños brillan exactamente igual.
- Navidad es Melchor con barba postiza, capa falsa de armiño, ojos azules, nariz torcida y una sonrisa que encerraba...nada que no doy con la palabra. Puedo sentir sus manos, me sentía tan a gusto! A veces, todavía hoy, su olor inunda mi nariz al cruzarme con un desconocido que usa la misma colonia y, por un instante, vuelvo a sentirme inocente, con toda esa inocencia que me han ido robando los años. Me recuerdo a mi misma en una foto (dónde andará?) en aquella noche de reyes y sé que mis ojos no tenían nada que envidiar a la de los niños que visitábamos.

Es el momento de prepararse para ir a dormir, para esperar que nos "echen" más tiempo para la ternura, claro que yo, haciendo balance ya he disfrutado quizá más de lo que me correspondía.

Feliz Navidad pasada y futura. Feliz año. Feliz noche de Reyes y Magia

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Desgañitarse" es un verbo que me transita, Niní.."de pequeña cantabas hasta desgañitarte" (me dice mi madre), "si es que a veces ríes hasta desgañitarte" (dice Rafa).

Yo es que no sé vivir la vida sin desgañitarme, nena. Como se nota que tú también eres de mi tribu... ;)

Que te quiero.